La Paradoja de la Globalización

 


La Paradoja de la Globalización es una obra acerca de la economía global creada por el economista Dani Rodrik en 2011, en ella se estudia a fondo la globalización desde diversos puntos de vista económicos, políticos y sociales de distintas épocas y países, planteando finalmente la existencia de una nueva globalización.

La obra concede un contexto histórico general de la globalización y su historia en los primeros capítulos. Sin embargo, en el noveno capítulo y en el duodécimo considero que se encuentran los aspectos más importantes de la obra. El primero, que es el principal argumento del segundo aspecto, hace referencia al trilema político de Rodrik, en el que se plantea la imposibilidad de conjugar la democracia política, la globalización y la soberanía nacional, de tal manera que se debe renunciar a uno por la imposibilidad de su coexistencia al limitarse unas a otras. En el segundo se plantea una nueva forma de globalización basada en un nuevo modelo de capitalismo, el Capitalismo 3.0.

Rodrik sostiene que la paradoja de la globalización es una amenaza para la democracia y la estabilidad global. Argumenta que los países deben encontrar formas de equilibrar los tres objetivos, o de elegir dos a la vez. En concreto, Rodrik propone desarrollar instituciones internacionales más democráticas, lo permitiría a los países participar en la toma de decisiones globales y reduciría la dependencia de las decisiones, fortalecer la protección social en los países desarrollados, que ayudaría a mitigar los efectos negativos de la globalización sobre los trabajadores, y promover la integración regional, que permitiría a los países cooperar en la regulación de la globalización y en la protección de sus intereses.

El trilema político de Rodrik está caracterizado por la idea de que no se puede optar simultáneamente por la hiperglobalización económica, la soberanía nacional y la democracia, sino sólo por dos de estos elementos a la vez dado que acumular los tres a la vez podría dar paso a que estas distintas partes de la pirámide se pusieran trabas entre ellos. Nos enfrentamos a la decisión de optar por la disminución de los costes de transacción a través de la restricción de la democracia, disminuir los impactos de la globalización para preservar la integridad democrática, o bien globalizar la democracia sacrificando parte de la soberanía nacional.

En concreto, Rodrik aboga por la opción vinculada al compromiso de Bretton Woods, buscando alcanzar una globalización inteligente que sea compatible con la democracia nacional. Él sostiene que, si esto no se materializa, se debe a que la globalización actual se concentra únicamente en los intereses de ciertos grupos, sin tener en consideración los objetivos ni las necesidades sociales, ya que solo se estaría buscando un enriquecimiento de un grupo muy reducido de personas en vez de un desarrollo internacional.






Esa sincronización entre la soberanía nacional y la política democrática da como resultado para Rodrik el planteamiento de un nuevo tipo de capitalismo, el capitalismo 3.0. Este estuvo precedido por el capitalismo 1.0 y el capitalismo 2.0, y su objetivo fue la actualización del compromiso de Bretton Woods para el siglo XXI, basado en el principio de la equidad, que sostiene que el capitalismo debe ser justo y que todos los ciudadanos deben tener las mismas oportunidades y derechos.

Finalmente, Rodrik nos regala dos enseñanzas a cerca de la paradoja y de su obra.

Con respecto a su obra, nos cuenta que “ciertamente, este planteamiento (su nueva visión del capitalismo) no construirá un camino hacia una economía mundial sin fronteras. Lo que sí hará es permitir una economía mundial sana y sostenible que deje espacio para que cada democracia decida su propio futuro.”

Y con respecto a la paradoja, nos descubre que la Hiper globalización que se describe en ella y la prosperidad de los mercados globales se basan también en el desarrollo de los Estados. Sin embargo, estos son los principales entorpecedores del libre comercio y, a su vez, los Estados son fundamentales para el funcionamiento de los mercados. “Esa es la principal paradoja de la globalización: ¡no puedes arreglártelas con los mercados y no puedes arreglártelas sin ellos!”





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